A la mañana en el mejor transporte que nos subimos hasta el momento en bolivia, partimos para Copacabana. En el micro nos pusimos a hablar con dos chicos argentinos, y también con unos chicos brasileros. El micro pronto se transformó en un sin fín de canciones brasileñas, “peleas” por el fútbol, "Maradona es el mas grande del mundo", "Pelé debutó con pibe, "Ai se eu te pego" y demás.
En el medio del trayecto nos hicieron bajar del micro para subirnos a una lancha ya que había que cruzar el lago. El micro iba en su “balsa” y nosotros en una embarcación pequeña. Luego seguimos viaje en el mismo micro.
Llegamos a Copacabana cerca del mediodía, es un pueblito muy lindo y pintoresco decidimos pasar la noche ahí e ir al día siguiente hacia la isla del sol. Encontramos un hostal muy lindo con habitaciones amplias, agua caliente y desayuno incluido. Almorzamos en un local trucha y salimos a caminar a la orilla del lago y nos quedamos en el muelle tomando mate, hasta que se empezó a levantar un viento impresionante, fuimos a comprar provisiones para cenar y volvimos al hotel.
Almuerzo 22 bolivianos
Los vientos fuertes hicieron que la luz se cortara, algo que nos explicaron era muy común. Así que suspendimos la ducha y nos quedamos conversando bajo la luz de unas linternas y cocinamos unas sopas instantáneas con una marmita que tenían los chicos. Al rato volvió la luz, pero apareció un señor del hostel y nos apagó la luz. Estando nosotros ahí, para esa altura del viaje ya estábamos acostumbrados al trato "boliviano" sin explicaciones, ni contestaciones, así que mudamos el picnic a la habitación de los chicos y después a dormir!
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